EL CIELO NO PUEDE ESPERAR, PERO TÚ ESPÉRAME EN EL CIELO “Pater noster qui es in Caelis…”
La calidez con la que te acogen los miembros del equipo desde que atraviesas la puerta, hasta el trato que te dan durante todo el almuerzo es sublime. Capitaneados por el gran profesional Alain-Pierre Benteo, socio también del proyecto forman un grupo de profesionales que bailan en la sala perfectamente acompasados. La música ayuda a cuadrar ese ambiente tan francés que te traslada a la época de Toulouse Lautrec, cálida, acogedora y muy romántica, con fucsias sutiles y negros sobrios y lámparas de araña impolutas que te invitan al susurro.
Se respira paz, y sus rincones llevan el sello galo que Romain sabe transmitir tan bien en todos y cada uno de sus locales.
El menú de mediodía, es para mí el mejor que he probado en Barcelona desde luego, como a este nivel, ninguno. Gran idea y nuevos tiempos que requieren que empresarios, amigos, hombres de negocios, amigas charlatanas y familias que valoran el transmitir a sus hijos a disfrutar de la alta cocina y del mejor servicio de sala, a precio razonable hagan que esta fórmula sea un éxito.
El postre merece capítulo aparte, y no quiero dejar de decir que para mí no es una explosión, sino un pequeño guiño a la LUJURIA y un permiso “canalla” para poder comer con los dedos directamente desde el mantel sin que nadie te mire mal, porque todos los estamos haciendo.
No os puedo explicar las sensaciones que sentí porque para eso hay que acercarse al cielo. “Et te nos iducas in tentationen sed liberanos da malo…” y líbranos de la tentación, decía el Padre Nuestro en latín…. O no…. Yo ese día confieso que pequé…. Porque la tentación está en el cielo.
Gracias Romain por ser mi amigo, gracias por tu sonrisa sincera y…. espérame en el cielo….
María Vives http://blueeyedprincess.com/2014/01/