MIGUEL TORRES – VITICULTOR DEL PENEDÉS
Miguel Torres, dueño de las famosas viñas de Vilafranca del Penedès, lleva 22 años colaborando en la recuperación del águila perdicera, una especie que estaba en peligro de extinción en Catalunya, y que “hoy está fuera de peligro”, explica con satisfacción. Sus aportaciones económicas de estos año (422.000 euros) han servido para conocer la situación de la especie, y promover proyectos que han impulsado la sustitución de viejas torres de alta tensión en las que quedaban electrocutados estos animales. “Un amigo ornitólogo nos presentó al biólogo Joan Real y poco a poco me fue implicando en sus proyectos. También colaboro en la protección del cóndor en Chile”, explica.
Y a partir de ahí su ámbito de interés en la protección de la naturaleza se ha ido ampliando. Torres promueve un plan para incrementar la biodiversidad en sus fincas (aves, pequeños mamíferos, insectos…) Ha incrementado las viñas exentas de insecticidas y las ecológicas. Y es uno de los pioneros en planificar la adaptación de las viñas al cambio climático. “Con el aumento de temperaturas, la cepas darán un vino diferente; y eso nos preocupa. La viña es mucho más sensible al aumento de temperaturas que otros vegetales”, afirma. En 40 años, la temperatura ha aumentado un grado, y las predicciones indican que subirán de 2 a 5 grados. “Son cambios radicales. Si las temperaturas suben dos grados, ¿dónde pondremos el Borgoña? ¿y el Rioja?, y ¿el Penedès?”, se pregunta.
A la vez, ha tomado iniciativas para reducir la huella de carbono de las fincas y mitigar su contribución al cambio climático. Lleva instalados 12.000 m2 de placas fotovoltaicas (que le permiten producir el 10% de la electricidad). Ha iniciado la recuperación de la biomasa de la vendimia y de las podas, que es recuperada como carbón vegetal disponible para ser aplicado al suelo como abono (con lo que se evita que los restos vegetales se pudran en los viñedos). Y ha iniciado un plan de investigación para lograr que el CO procedente de la elaboración del vino) no vaya a la atmósfera, sino que sea absorbido por algas.
LA VANGUARDIA 27 abril 2012 – Tendencias pag. 24
A la vez, ha tomado iniciativas para reducir la huella de carbono de las fincas y mitigar su contribución al cambio climático. Lleva instalados 12.000 m2 de placas fotovoltaicas (que le permiten producir el 10% de la electricidad). Ha iniciado la recuperación de la biomasa de la vendimia y de las podas, que es recuperada como carbón vegetal disponible para ser aplicado al suelo como abono (con lo que se evita que los restos vegetales se pudran en los viñedos). Y ha iniciado un plan de investigación para lograr que el CO procedente de la elaboración del vino) no vaya a la atmósfera, sino que sea absorbido por algas.
LA VANGUARDIA 27 abril 2012 – Tendencias pag. 24
